7 de agosto de 2009

LA SOPA DE PIEDRA


En un pueblecito de montaña apareció, un día, un hombre mayor, con barba blanca, un desgastado sombrero de ala ancha y un zurrón en bandolera.
Se paró delante de la primera casa del pueblo y llamó a la puerta. Salió una señora de mediana edad, limpiándose las manos con el mandil, que llevaba anudado a su cintura.
- ¡Buenos días tenga usted buena señora! Soy un caminante, de paso por este pueblo, y le rogaría, si tiene a bien, el que me diera una cazuela de agua caliente para comer.
- ¿Agua caliente para comer? – Preguntó la señora-
- Verá, señora, como viajo por todo el mundo, llevó siempre en mi zurrón una piedra mágica, con la que hago una sopa de piedra tan buena que nadie es capaz de superarla y sirve para alimentarme y darme fuerzas en el camino.
La señora, llena de curiosidad, hizo lo que le decía el caminante y le trajo una cazuela con agua caliente. El caminante sacó una piedra de su zurrón y con sumo cuidado la introdujo en el agua, poniendo la cazuela al fuego.
Después de remover un rato, probó con una cuchara para comprobar si la sopa estaba en su punto.
- ¡Humm, está deliciosa, pero estaría mejor con un poquito de sal! - Dijo el caminante-
La mujer corrió velozmente hacía la alacena y trajo un salero.
- ¿Y si le echáramos unos pimientos y una cebolla? –Preguntó al caminante-
- Estaría muchísimo mejor – Respondió el forastero-
La mujer se fue con rapidez, dirección al huerto, a por unos pimientos, unas cebollas; también estarían bien unos tomates, y unos espárragos trigueros y...
Se tropezó con una vecina a la que le contó todo aquel misterio del hombre y su sopa de piedra. Fueron arrimándose más vecinas a escuchar la extraña historia. Todo el mundo estaba asombrado con la actitud del forastero. ¡Era todo tan extraño!
- ¿Y si le añadimos unas patatas?- Dijo una- ¿Y un trozo de jamón? ¿Y unas verduras para acompañar?- Dijo otra. ¿Y si llamamos a nuestros maridos y comemos todos la Sopa de Piedra?
Y… ya que estamos todos juntos ¿Porqué no hacemos una gran comida para todo el pueblo? Podemos llamar a los músicos y celebrar una gran fiesta con baile incluido.
Con regocijo cada persona del pueblo aportó algo para la gran comida; mesas, sillas manteles, jarras... Unos pusieron el vino de su mejor cosecha; otros el pan recién salido del horno. Y juntos, todo el pueblo, celebró un gran banquete. Todos rieron y fueron felices...
El Alcalde quiso dirigir unas palabras al pueblo.
Pero, ¿Qué es lo que estaban celebrando?
- ¡Ahhh… la Sopa de Piedra¡ A partir de este día de establecerá “ El día de la Piedra” y todo el pueblo se reunirá en la plaza y se hará una gran sopa de Piedra, en la que participará todo el pueblo. Y… también podríamos invitar a los pueblos cercanos… Pero…
- ¿Dónde está el forastero?
Cuenta un anciano que siendo niño, estaba jugando a las afueras del pueblo, y vio a lo lejos como un hombre mayor, con barba blanca, un desgastado sombrero de ala ancha y un zurrón en bandolera, se alejaba del pueblo. Al pasar junto al niño, agachándose, había depositado a sus pies una Piedra.
Queridos amigos y compañeros en el camino de la Vida, por lo menos alguna vez hemos encontrado a una persona como el caminante y hemos conservado su recuerdo. Ahora es nuestro tiempo de convertirnos en el hombre mayor, con barba blanca y un desgastado zurrón, en el que tengamos, bien guardada, siempre una Piedra para compartirla con los demás y contagiarles la gripe de la felicidad.
Con mis mejores deseos de Paz Profunda
Sagoan