!Hola compañeros en el camino!
Un día que tenía problemas con mi empresa y me encontraba bastante disgustado, empleé un método que me ha dado muy buenos resultados. Cogí un libro al azar y lo abrí por una página cualquiera y me encontré con este relato:
Un maestro tibetano que tenía reunidos a sus discípulos les procuró la siguiente ensenseñanzá:
Un hombre que iba caminando, de peregrinación a los Santos Lugares, tropezó con una piedra.
Consideró que, ya que esa piedra formaba parte de su camino debía guardarla. Así lo hizo y la metió en su mochila.
Poco después tropezó con otra y se la cargó. Todas las piedras con las que iba tropezando se las iba cargando en la mochila.
El peso se volvió tan grande que ya no pudo caminar ni llegar a los Santos Lugares.
¿Qué piensan ustedes de este hombre? Preguntó el maestro.
Qué era un necio. Respondió un discipulo y todos los demás estuvieron de acuerdo. ¿Para qué cargar con todas las piedras con las que tropezaba si al final no podía con su peso ni llegar a su destino?
Efectivamente, dijo el maestro, es un necio, pero eso hacemos nosotros en el camino de nuestra vida, cargamos con las ofensas y los agravios que otros nos han hecho y con nuestras propias equivocaciones. No solo no lo olvidamos sino que los guardamos con mucho cuidado en nuestra mochila para que no se pierdan.
Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no llevamos con nosotros el odio y el resentimiento, haremos más ligero el camino hacía la felicidad.
!Compañeros hacezme el favor de tirar las piedras de la mochila que nos ahoga!
Paz Profunda.
Sagoan
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