¡Hola amigos y compañeros en el camino!
Hoy toca cuento. Así es como lo recuerdo:
Había una vez, en un país muy lejano, un rey que quiso fabricarse un anillo y en él dejar una constancia que al cabo de los años poder recordar, Debería ser tan pequeño que tendría que caber en un minúsculo recinto debajo del diamante del anillo.
Preguntó a sus mejores sabios, pero no pudieron darle una respuesta.
Solo un místico se comprometió a resolver el enigma. Pero... hizo prometer al rey que solo lo abriría en el momento que fuera necesario.
El rey accedió y pasó el tiempo. Hubo una revolución, Sus propios aliados se pusieron en su contra. Perdió el reino... y cuando más desesperado estaba se acordó del anillo.
Abrió el recinto debajo del diamante... y encontró una diminuta plaquita de oro con unas letras en miniatura que decía... "Esto también pasará"
Le dió fuerzas para presentar batalla. Reunió a sus fieles y reconquistó el reino.
Cuando satisfecho estaba en su palacio... apareció el anciano:
- ¡Hola Majestad! es el mejor momento para volver a ver el mensaje del anillo... "Esto también pasará"
Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Todo viene y va. Habrá momentos de alegría y momentos de tristeza. Tienes que aprender a aceptarlos, es parte de la dualidad de la vida. Forma parte de la existencia.
Los desahucios, el paro, los recortes, la pérdida de valores, la corrupción... "ESO TAMBIEN PASARA..."
Paz Profunda
Sago-an
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