Este bichito tan diminuto corre a tal velocidad que no puede captar la luz en su recorrido, es decir corre a ciegas, y necesita parar de vez en cuando para no separarse de su objetivo, la presa, y redirigir su dirección.
Os suena de algo, aplicandolo a nuestra vida??
A veces cuando tenemos un objetivo, nos lanzamos a él a toda velocidad, y como el escarabajo tigre, corriendo a ciegas, a toda velocidad para ganar dinero, para conseguir un título, para ser considerado en la sociedad, para, para, para...
Corriendo a ciegas se nos olvida quienes están a nuestro lado, atropellamos, echamos a la cuneta o manipulamos, en nuestra carrera frenética para conseguir el objetivo. Sin darnos cuenta que esta aceleración, sin ver, nos ha alejado tanto del objetivo primero que ya no podemos alcanzarlo.
Como ejemplo están aquellos padres que quieren dar a su hijo lo que ellos no tuvieron, que se pasan toda la vida almacenando patrimonio para dejar al hijo, que se olvidan y pierden el disfrutar con él.
Deberiamos aprender a parar en el camino antes de correr de nuevo y redirigir nuestra dirección para ajustarlo de nuevo al objetivo.
Con mis mejores deseos de Paz Profunda.
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