27 de marzo de 2009

LA PIEDRA DE SAGOAN - CAPITULO I


CAPITULO PRIMERO

-DO-

S: ¡Hola piedra! He pensado mucho en nuestra conversación de ayer. Estoy desorientado. Han venido a mí las tres preguntas que han sido para el hombre las grandes incógnitas:


¿Quien soy?
¿De donde vengo?
¿A donde voy?


P: Sago-an, como todos los hombres, quieres conocer el final sin haber comenzado a recorrer conscientemente el camino. Dos preguntas son el pasado y una es el futuro pero:

¿Dónde está el presente?

Dejas pasar tu existencia pensando y asegurándote un futuro para recordar en la vejez tu pasado.

¿Dónde está tu presente?

Te afanas para ir detrás de los bienes terrenos, acumulando riquezas, engordando pasiones, sufriendo y gozando, creándote un status social, una parcela de poder sobre los demás hombres, amando y odiando.

¿Dónde está tu presente?


Sago-an, pruébate a ti mismo, al finalizar el día analiza cuanto tiempo has sido consciente de tu presente.


¿CUANTO HAS SIDO TÚ MISMO?


Cuando te alimentas no eres consciente de comer.

Cuando respiras no eres consciente del aire que entra en tus pulmones.

Cuando piensas no eres consciente de quien utiliza tu mente.


¿¿Dónde está tu presente??

Así como el espejo nos devuelve nuestra imagen cuando nos enfrentamos a él, también la olvida cuando nos alejamos.

Hay que volver a enfrentarse al espejo, años más tarde, para que nos muestre la nueva imagen con la experiencia vivida


A lo largo y ancho de este planeta, que en su día el hombre evolucionario denominó Tierra, siguiendo el ritual de dar nombre a todas las especies y elementos que había a su alrededor, el hombre primitivo estuvo condicionado a los ciclos de la naturaleza, tierra, agua, aire y fuego, humedad y sequedad.


La vida en la Tierra no fue un hecho casual, como no existe casualidad en el cosmos, sino un plan organizado que tomando como motor la evolución, bien entendida, dio origen a la aparición del hombre.

La evolución no es una suma interminable de mejoras biológicas en la especie, sino saltos de escalón con la aparición de individuos nuevos por mutación y con tendencia a la extinción de especies viejas.

No hay “eslabones perdidos”, simplemente no hay eslabones.

Hace 1000 millones de años el planeta fue modificando y diferenciando sus condiciones de habitabilidad para que 450 millones de años más tarde pudiera aparecer la vida en los mares.

Hace 550 millones de años cuando las condiciones básicas, como entre otras la temperatura e índice de salinidad, en los mares fueron las adecuadas se “alojaron” los arquetipos elementales de vida.

Necesitó 150 millones de años para que la vida vegetal marina fuera desarrollándose e iniciando un período de transición a la elemental vida animal marina.

Hace 400 millones de años, en un período de 250 millones de años, la vida vegetal marina continuó con su desarrollo, comenzó a trepar a tierra firme y adaptarse al nuevo medio.

Los animales marinos elementales aparecieron repentinamente, por mutación.

Hace 150 millones de años y durante un período de 50 millones de años, los animales marinos prosiguieron su desarrollo y adaptación a la solución de cloruro sódico de los mares.

A finales de este período comenzó la vida terrestre primitiva con adaptación a los dos medios

Hace 50 millones de años y durante 40 millones de años, los animales terrestres se van adaptando al medio con una respiración pulmonar.

Aparecen los primeros mamíferos.

Hace 1.000.000 de años aparecen las razas protohumanas o antepasados del hombre primitivo.

Los antepasados mamíferos del hombre primitivo aparecieron por primera vez.

Después de unas mutaciones sucesivas del tipo lemur americano, que en su día emigró a través del puente terrestre de Bering, avanzó poco a poco por la costa asiática y hacia el oeste en la franja terrestre comprendida entre el mar Mediterráneo y la cordillera montañosa de la India.

Se unió con las razas más favorables e instaurándose la descendencia de la raza humana, nuestros antepasados primitivos.

De los descendientes superiores de este lemur mamífero mesopotámico se establecieron dos grandes grupos, los simios modernos y la raza humana actual.

A diferencia de sus primos simios, estos protohumanos eran carnívoros, con un primitivo pulgar de la mano oponible y un dedo gordo del pie útil para asir.

Se desarrolló cada vez más el pulgar oponible y perdiendo la capacidad de asir del dedo gordo del pie.

Su cerebro era mayor que el de los simios, de mente aguda, vieron la utilidad de asociarse, creando comunas, y fabricar sus viviendas en lo alto de los árboles para su supervivencia.

El temor del ser humano tiene su comienzo en estas fechas.

Sus continuas guerras con las demás especies fueron dando origen a una supervivencia selectiva, mejorando así la raza.

Su propagación por Mesopotamia durante unos mil años mejoró su tipo físico y su inteligencia general para que de forma repentina apareciera, hace aproximadamente 1.000.000 de años, una mutación de individuos diferenciados de sus antepasados, con piernas más largas, brazos más cortos, mayor estatura, menos pelo en el cuerpo y caminar erguido.

Su cerebro era comparativamente más grande que sus progenitores e instituyeron una forma primitiva de organización social y división del trabajo.

De ojos negros y tez morena, la melanina es original de esta primera raza, fueron desarrollando una comunicación por medio de signos y un primitivo lenguaje.

Eran diestros cazadores y su alimentación se basaba casi exclusivamente de carne cocida.

Adoradores de animales totémicos, los pintaban en las cuevas y abrigos y se abstenían de comer estos animales de adoración tribal.

Algunos grupos emigraron a las riberas fluviales de Francia asentándose en ellas.

El resto mantuvo su sede en las regiones del mar Caspio.

Desarrollaron doctrinas monoteístas y conceptos primarios del “mas Allá”.

Creían en los fantasmas y en los elementales de la naturaleza y consideraban los fenómenos naturales como manifestaciones de estos espíritus.

La observación de la naturaleza y sus manifestaciones dieron origen a la superstición y aparecieron los primeros sacrificios humanos para aplacar a las fuerzas.

Hace unos 900.000 años los descendientes de esta primitiva cultura fueron degenerando al unirse a las cepas inferiores de sus primos primates retrasados, penetrando en Europa y sus descendientes se propagaron por el continente entero (raza Heidelberg)

Durante este periodo de decadencia solo los pueblos de Foxhall en Inglaterra y Baldonan en la India continuaron aferrándose a las creencias de esta cultura primitiva.

En la India comenzó una guerra de exterminio contra las razas inferiores aniquilándolas o haciéndolas retroceder hacia el sur. Los descendientes de estas tribus son la aparente raza nueva de Neandertal.

Hace aproximadamente 500.000 años entre los descendientes de las tribus de Baldonan una familia empezó a producir una progenie singularmente inteligente, fueron los antepasados de las seis razas de color: azul, roja, amarilla, índiga, anaranjada y verde.

Su piel manifestaba una tendencia a volverse de colores distintos al exponerse a la luz del sol.

Al aparearse estos individuos con otros de la tribu la prole tendía a manifestar el color del progenitor con sus características raciales.

A lo largo de 100.000 años estas razas lucharon y se mezclaron entre sí hasta tal punto que la mayoría de las razas originales desaparecieron.

Hace 400.000 años, según estaba programado, llegaron unas personalidades con el objetivo de elevar el nivel biológico, cultural y espiritual de las razas.



Desde siglos la Humanidad ha considerado al hombre como alma-cuerpo o espíritu-mente-cuerpo.

El hombre, tú Sago-an, no eres alma y cuerpo, de la misma forma que el barquero no es su barca, aunque los dos formen un conjunto barquero-barca para lograr un fin que es atravesar el río.

Cuando la barca, al paso del tiempo, se deteriora, el barquero, deja esa barca y toma otra para seguir su camino.


TÚ ERES UN ESPÍRITU QUE UTILIZA UN CUERPO PARA EXPRESARSE.


Un cuerpo que en el mundo denso es la máquina más perfecta y más compleja, con una mente que es el punto de unión con el cosmos.


Pero así como el barquero deja su barca cuando no está en uso, del mismo modo el hombre cuando el cuerpo ha envejecido lo abandona para reanudar su largo peregrinar en otro tipo de cuerpo.


LA FUNCION DEL hombre ES HACERSE HOMBRE.

En la vida del ser humano hay siempre un punto de inflexión.

Un punto que marca el comienzo a una nueva forma de vida. Un escalón difícil de superar, pues representa una ruptura racional y consciente con las viejas estructuras y ataduras, en las que estábamos cómodamente asentados y con las que habíamos trabado una interesada amistad.


En realidad hay muchos puntos de inflexión, que son como escalones que superamos en un camino y que la mayoría de las veces no sabemos dónde nos lleva.


Desde que el ser humano fue consciente de su individualidad ha sido una constante el peregrinar por unos caminos que, sin conocerlos, nos alertaban de innumerables peligros.

Un camino de piedras que nos hacían y nos siguen haciendo tropezar y caer para levantarnos y volver a caer.

Estos puntos en la curva de nuestra vida han supuesto un cambio sustancial de pensar y actuar con respecto a la etapa anterior.

Aunque ha sido el origen de nuevas expectativas, han estado mediatizados por las circunstancias adversas o afines, por nuestra educación adquirida, por las costumbres transformadas en leyes, por las relaciones con la sociedad o por la religión.

Son etapas que hemos ido superando.

Son nuevos renacimientos de nuestro Ser interno.

Estos escalones, de subida y bajada forman una curva de dientes de sierra que, en la mayoría de las personas, su tendencia es alcista.

Pero este otro punto de inflexión es distinto a todos los demás.

No se sabe cuando puede producirse, solo se es, más o menos, consciente de él cuando se origina.

No es un estado alterado de conciencia, es un equilibrio en el centro de la esfera.

Es angustia y a la vez serenidad.

Es ser consciente de ser sin provocar.


Una ausencia del tiempo, pero una percepción del aquí y ahora.


Como un pelicano rosacruz, una muerte iniciática y un renacimiento de sus cenizas.


No pertenece a ninguno de los centros intelectual, emocional e instintivo, pero intervienen los tres.


Su origen es al nivel del Ser, actuando en el aquí y ahora, unificando al ser humano con el cosmos.


Ya no hay lugar para los propósitos, tantas veces creados y pocas realizados.


Es el instante de la elección.


Es la decisión del guerrero espiritual.

Has despertado y tienes que elegir, ya nada será igual.


DEBES EJERCITAR, SIN DEMORA, TU LIBRE ALBEDRÍO.


Si el miedo te paraliza y decides no entrar a formar parte de la aventura, estarás perdiendo la mejor oportunidad para tu realización.


La elección es un acto de voluntad consciente, la thelema de los antiguos y nuevos alquimistas.


La transformación del plomo de tus pensamientos, acciones y emociones en el oro de la sabiduría.


El camino no es fácil.


Los recovecos y tentaciones del sendero te harán dudar de tu avance.
Sufrirás tus crisis en solitario y en silencio.

Estarás muchas veces tentado de abandonar, de volver a tu sueño inconsciente, a tu esfera de cristal, a tu jaula mental, a tus condicionantes y a tu forma estructurada de pensar los otros por ti.

Pero sí, como guerrero,
caballero andante,
decides ponerte tu armadura de Luz,
y ceñirte la espada templada con el carácter de tu voluntad consciente,
montando en el caballo domado de tus pasiones, avanzarás,
sin prisa pero sin pausa, por los senderos del conocimiento.

Calmarás tu sed en las fuentes de la Sabiduría y saciarás el hambre con los frutos del Árbol de la Vida.


Sago-an, si has hecho tu elección, vive el presente, experiméntalo, porque el presente es consecuencia del pasado y el futuro se hace con el presente

Todo esto lo irás entendiendo cuando vayamos avanzando por el camino.

Para vivir en el presente tienes que auto observarte, conocerte a ti mismo, tus movimientos, tus sensaciones, tus pensamientos, tus aptitudes, tu actitud hacia lo que te rodea, tus acciones.

TIENES QUE SER TU MISMO

S: Pero, todo lo que me estás proponiendo es muy complejo. ¿Por donde debo comenzar?

P: Hay que comenzar por el principio.

Cuando quieres levantar un castillo no lo haces sobre los escombros del viejo. Hay que retirar los escombros y cuando esté el terreno limpio empezar a construir el nuevo.


Este castillo solo se levanta con trabajo y perseverancia. Utilizando tus alimentos correctamente nacerá en ti la consciencia.


S: ¿Cuales son esos alimentos de los que hablas?


P: De ellos tendrás conocimiento mañana cuando digieras la enseñanza de hoy.

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