14 de noviembre de 2012



El Cielo actúa, con respecto a los hombres,
como el arquero que al tensar su arco,
deprime la convexidad y hace bombear la concavidad,
que su arco presenta en estado de reposo.
Disminuyendo lo más y aumentando lo menos,
rebajando lo que es elevado y elevando lo que es bajo.
Quita a los que tienen mucho y añade a los que le falta.
Mientras que los hombres,
malos principes que explotan al pueblo, hacen todo lo contrario,
quitan a los que tienen poco para añadírselo a sus favoritos, los que tienen mucho.
Mientras que todo lo superfluo debería retornar al pueblo.
Pero de eso... solo el que posee el Principio es capaz.
El Sabio se conforma al Principio.
Influye sin atribuirse el resultado.
Realiza sin apropiarse de su obra y,
no pretende el título de Sabio
Lao Tzu

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