13 de marzo de 2013

MI SANACIÓN EN EL CAMINO V...




MI SANACIÓN EN EL CAMINO V…

Dijimos anteriormente que cuando nos debilitamos, es decir cando nuestras defensas están bajas, tanto las causas internas como externas nos agreden, pero si con los métodos adecuados y tiempo vamos a la causa de la enfermedad, nuestro cuerpo pondrá todos los medios a su alcance para curarse.

Para nosotros los occidentales siempre hemos trabajado con los cuatro elementos: tierra, fuego, aire y agua, en correspondencia con las cuatro estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno.
En la tradición china, su cosmogonía contempla cinco elementos, esto es debido a que al igual que nosotros hacen corresponder los elementos con las estaciones del año, pero ellos contemplan otra estación más entre el verano y el otoño, que es el verano tardío.

Los cinco elementos son:
-          MADERA: Corresponde a la primavera. Representa la infancia, el inicio de la vida. Su color es el verde. Su orientación es por donde sale el Sol: El Este.
-          FUEGO: Se corresponde con el verano. Representa a la juventud. Es el tiempo de aprender, de ir colocando los cimientos para el futuro. Su color es el rojo. Su orientación es el Sur.
-          TIERRA: Es el verano tardío. Corresponde a la madurez, cando empezamos a cosechar los frutos de nuestros esfuerzos. Es una época de cambios. Su color es el amarillo. Su orientación el Sudoeste.
-          METAL: Es el otoño. Es cuando empezamos a ser más indulgentes con nosotros mismos y con el mundo, cuando los resultados nos empiezan a importar menos que el tiempo que nos queda. El color del metal es el blanco y su orientación es por donde el sol empieza a ponerse, por el oeste.
-          AGUA: Es el invierno. Corresponde a la vejez. Su color es el azul oscuro o el negro. Su orientación es el frío Norte.

 Cada elemento se corresponde con determinadas cualidades físicas y psíquicas.

Por ejemplo:
 LA MADERA, se corresponde con el viento, el viento de primavera, hace a la persona flexible y creativa. Con gran capacidad para la planificación, pero a la vez estando mal afectado se puede transformar en cualidades negativas como ira y estrechez de miras.

EL FUEGO, se corresponde con el calor, el calor del verano, dota a la persona de una gran claridad mental en su parte positiva; en su parte negativa tendrá falta de alegría y aislamiento.

LA TIERRA, tiene su punto en la humedad del verano tardío. Es estable y realista, con buen carácter. En su vertiente negativa puede tener preocupación, dudas, sentimentalismo y proteccionismo extremo.

EL METAL, es la sequedad del otoño. Sus características son el raciocinio, la confianza  y el sentido de la justicia. En negativo, tristeza existencial e incapacidad de abrirse a los demás, no se suelta.

EL AGUA, corresponde al frío del invierno. Voluntad, humildad y coraje son sus características. Su parte negativa es el miedo y el desánimo.

Cada uno de nosotros tenemos todos los elementos, pero siempre habrá alguno predominante que marcará más nuestro carácter.
Todo esto dentro del contexto de la filosofía china, en la que todo está en constante movimiento y cambio. En su propia definición está en que ningún elemento es superior a otro, y ninguna virtud merece ser vivida con exceso.

Hasta pronto
Sagoan    

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