9 de septiembre de 2011

HABÍA UNA VEZ UN SANTO...



Una vez había un santo que se vanagloriaba de dar mucho conocimiento, de ser muy devoto, y entregada a DIOS. Así que un día DIOS se le apareció y este siguió proclamándose muy devoto y que lo recordaba y servía constantemente. DIOS le dijo de verdad que quieres servirme? Entonces le dijo: “Quiero ver hasta donde llega tu control”. Cogió un cubo de agua lleno hasta los topes y se lo puso sobre su cabeza y entonces le pidió que diera una vuelta a la ciudad sin derramar una gota de agua.
Aquel santo encontró aquella petición difícil y fácil al mismo tiempo. Así que comenzó a caminar por la ciudad concentrado en no derramar ni una gota de agua. Durante el camino encontró niños que le hicieron travesuras y él continuó concentrado en su cubo de agua. Atravesó una larga avenida en fiestas y bellas mujeres danzaron delante de él tratando de cautivarlo y distraerlo. Él concentrándose en su cubo no derramaba una sola gota de agua. Encontró en su camino gente necesitaba, pero él concentrado en su cubo no los atendió. Y así a lo largo de toda la tarde llevó el cubo sobre su cabeza sin derramar una sola gota de agua.
Cuando DIÓS se encontró de nuevo delante de él que estaba orgulloso de no haber derramado una sola gota de agua le dijo a DIÓS si estaba satisfecho de su servicio. Entonces DIOS le dijo: “Has llevado el cubo varias horas sobre tu cabeza y realmente no has derramado una sola gota. ¿Pero cuantas veces te has acordado de mi? En el camino has encontrado gente necesitada, yo soy servido y adorado cuando se le ayuda a la gente, sin embargo estando concentrado en tu cubo no has sabido servirme ayudándoles. No he estado en tu mente ni en tu corazón mientras llevabas el cubo sobre la cabeza, ¿Dónde está la proeza de ser un santo o un maestro?
Fuente: Comunidad Reiki Mikao Usui

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