13 de febrero de 2009

LA CARRETA VACIA


Un amigo, muy querido, me ha enviado un mensaje que me ha hecho recordar un cuento de un maestro tibetano:
Por el camino a las afueras del monasterio, iban andando el maestro y su discípulo.
El maestro callado escuchaba lo que el discípulo contaba.
El discípulo le relataba su estirpe familiar, la procedencia de sus antepasados, las grandes riquezas que atesoraba su familia. De como habían programado para él una cultura y educación de acuerdo a su rango y etc...etc...
Y así maestro y discípulo continuaron caminando. De repente el maestro se paró en seco, interrumpiendo la charla del discípulo y le dijo:

- Además del ruido del viento y el cantar de los pájaros ¿escuchas alguna cosa más?

El discípulo agudizó el oído y al cabo de unos segundos respondió:

- ¡Si, maestro oigo el ruido de una carreta!

- Efectivamente, es el ruido de una carreta vacía.

- Maestro, ¿como sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?

- Muy fácil- respondió el maestro- a causa del ruido. Cuanto más vacia está la carreta, más ruido hace.
Cuando una persona habla demasiado, interrumpiendo a los demás, siendo prepotente y presumiendo de lo que tiene, es como la carreta que cuanto más vacio está a nivel interno, más ruido hace.

Sagoan

No hay comentarios:

Publicar un comentario